Tengo que admitir que aún no me he recuperado del todo. Todavía me duele la distensión que tuve el otro día en los gemelos (No! Esos gemelos no... y Dios me guarde que vaya a tener una distensión ahí... más bien en el músculo gastrocnemio... o si hablamos en términos estrictamente médicos, en la cabeza medial del camote...)
Pero cuando la herida es profunda, la recuperación no viene pronto. Ya me había ocurrido hace 3 meses y ahora otra vez... Estaba golpeando el saco de boxeo cuando en un movimiento de cintura (de cintura!) casi pude escuchar cómo se rompían las fibras de mi gastrocnemio...
Imagínense ustedes la sorpresa colectiva del gimnasio al oírme gritar "OH DIOS ME ROMPÍ EL GASTROCNEMIO OTRA VEZ!"
En fin...
A veces no tienes consciencia de las heridas y crees que puedes aguantar. Sos macho y qué! Pero con el tiempo te das cuenta de que estar lesionado reduce las dimensiones del mundo al que estabas acostumbrado y poco a poco vas notando que las cosas más sencillas ya no son tan sencillas... no podés caminar correctamente, no podés estirarte a tus anchas, no podés patinar con tu hijo y si la actividad que más disfrutas es correr, estás de malas...
No podés hacer nada, tenés un daño en vos.
Podrías meterte pastillas, tomar esteroides y toda clase de porquerías pero nada puede forzar tu curación. Simplemente tenés que experimentarla, sentirla y dejar que el tiempo sea tu doctor. Si insistís en jugarle la vuelta a la naturaleza, después es peor...
Y si tener malo el gastrocnemio, imaginate cómo sería tener malo el cerebro. O el corazón...
Imaginate cómo se reducen las dimensiones de tu mundo...
Ha pasado algo de tiempo e inevitablemente me quedara un recuerdo que me dolerá quién sabe, cuando haya humedad o cuando sean días de luna. Sin embargo, la naturaleza y el universo están obrando su magia y algo se regenera y crece dentro de mí. Todos estamos programados a nivel genético para no morir, para sobrevivir y para volver a intentarlo.
Yep, hasta tu célula más pequeñita está empeñada en este momento en mantenerte con vida.
Cuando hago un esfuerzo inesperado aún me duele el gastrocnemio, pero se me quita pronto...
Estoy mejor que ayer.
Mucho mejor.
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